lunes, 7 de diciembre de 2015

Diario del Coach - PODER LINGÜÍSTICO

 
Nombra a un solo líder de la historia que no haya sabido comunicarse de forma totalmente seductora. No existe. ¡Cuidado!: no hablo de personas que hayan gobernado por la fuerza, sino de quienes han sido encumbrados por la multitud gracias a un talento reconocido universalmente. El líder no se impone, tiene fans: le siguen porque aprecian en sus palabras una forma de ser irresistible. Usan lo que en coaching denominamos “lenguaje empoderado”, y sus claves se pueden detectar… y entrenar.

1. Jamás hablan en segunda persona. Hacerlo es una costumbre que se ha ido extendiendo sin que nos demos cuenta: oímos a alguien que nos dice “entonces llegas al trabajo y te encuentras con que tu jefe te dice que”… ¡y la persona está hablando de sí misma! Esto tiene un efecto positivo: quien habla se distancia de la situación y la observa “desde fuera”. Pero resta poder, porque inconscientemente sitúa la responsabilidad de lo que le pasa lejos de sí.
2. Verbalizan desde sí mismos. Por ejemplo, rara vez dirán “tú me haces feliz” sino “me siento feliz de estar a tu lado”. Al usar este lenguaje con frases construidas desde “yo”, “mí”, “me” ponen el foco en sus pensamientos, sus necesidades, sus peticiones y sus ofrecimientos abriendo la puerta a una comunicación asertiva.
3. Conectan con los valores y las necesidades de sus interlocutores. Esto requiere una enorme dosis de empatía por parte del líder porque desde ahí podrá alinear sus objetivos al del otro a fin de trabajar juntos en pos del éxito común. Es una de las formas de aplicar la filosofía ganar-ganar.
En estos días de campaña te invito a que analices estos puntos cuando escuches algún discurso electoral, a ver qué deduces.

Diario del Coach - ESTRATEGIA



¿Sabías que la palabra estrategia tiene un origen griego y significa “el arte de organizar y dirigir al ejército”? Todos diseñamos y utilizamos estrategias porque son lo que nos permite planificar la acción para alcanzar nuestro objetivo en el tiempo más corto posible empleando el menor número de recursos. Para definir una estrategia con garantías de éxito es preciso tener en cuenta diversos aspectos que paso a compendiar para ti:

1. ¿Qué es lo que deseas conseguir? El objetivo ha de ser concreto, estar formulado en positivo y tener una fecha límite en el tiempo. De no ser así, corres el riego de que el proyecto se convierta en una fuente de frustración, o que, sencillamente, sea inalcanzable.

2. ¿Cómo es tu estado presente con respecto a esa meta? Esto te proporcionará una perspectiva de tu percepción de la dificultad que tiene la tarea, porque el problema será mayor cuanto mayor sea la distancia entre donde estás ahora y donde deseas estar en el plazo que te has propuesto.
3. ¿Qué acciones específicas vas a poner en práctica para pasar de tu estado presente a tu estado deseado? Es aquí donde se ponen a prueba tus capacidades de planificación. Los pasos, además, han de estar convenientemente ordenados.
4. ¿Cada cuánto vas a medir los progresos y cómo vas a hacerlo? Este paso es imprescindible para saber si las acciones están acercándote o alejándote del objetivo. En caso de que detectes que te alejan, tendrás que incorporar acciones que corrijan el rumbo.
Quedémonos con la inspiración del escritor colombiano Jorge González Moore cuando afirmó que la estrategia es la herramienta que permite intervenir en el futuro para amoldarlo a nuestras necesidades y aspiraciones.